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Un 14 de febrero en Chapultepec

Era un 14 de febrero muy bonito día, nublado, y pues el amor en todos lados. Fuimos a Chapultepec, digo, no hay lugar más bonito para una cita que ese lugar (además de barato porque pobreza). Vimos a un payaso haciendo su show con el típico “necesito a unos hombres machos guapos y musculosos para participar”. Aventé a mi novio porque quieras o no, el amor es ciego (mi ex era todo lo contrario a guapo y musculoso). Le dije que me diera su celular para grabar todas las pendejadas que llegara a hacer, entonces lo noté muy nervioso cuando agarré su teléfono, y sólo me dijo que aún no grabara sino hasta el final. Me pasé de otro ángulo y mientras lo hacía se veía la serie notificaciones de WhatsApp: vaya sorpresa me llevé, tenía conversaciones con muchas personas y no de la manera de amistad, eran como tres o cuatro conversaciones de amortz. Lo que hace una mujer enojada es poner su cara de felicidad cuando en realidad está bien encabronada. 

Le tomé unos videos, unas fotos cuando lo premiaron con un globo mientras mi nivel de enojo era máximo, tanto que caminamos un poco y le pregunte: ¿quién es? A lo que se quedó paralizado y sólo me dijo “ay”. Tiró el globo a la basura y aceleró el paso. Le volví a preguntar ¿quién es? Antes de esto le había regalado ese mismo día un globo bien cursi que decía: me encantan tus carnitas acompañado de un cachorro parecido a uno que se le había muerto recientemente. Empezó a apretar muy fuerte el globo que le di. Fue entonces que le dije que si prefería podía romperlo, a lo que el muy tiernamente lo tiró al suelo y reventó con el pie; supongamos que sentí que mi corazón era ese globo. Se enojó bastante y no sé cuál era su problema, pero su costumbre era echarse a correr por cualquier cosa. Lo hizo. Lo alcancé. Neta me quería cagar de la risa porque, ¡la afectada era yo! Era para que me fuera sin embargo estaba ahí sólo para recibir una explicación. Me estaba aventando el perrito y yo aún seguía con su celular. Al día siguiente regresamos (sí, mi nivel de pendejez era brutal) y me fui con mis compas por un helado para pasar ese mal momento, cosa que fue súper incómodo PORQUE ERA EL MALDITO 14 DE FEBRERO y todo mundo estaba súper acaramelado. Dure tres años mas con ese men. Tal vez escriba un libro sobre él con todas las historias que acumulamos.

– K.B., 18 

 

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