Texto por: Alex Orué, director ejecutivo de It Gets Better México

Hace casi 10 años que empezó It Gets Better como campaña digital en respuesta a la ola de muertes de suicidio de jóvenes LGBTQI+ –o que eran percibidos como tal por sus compañeros de escuela– tras haber vivido meses, o incluso años, de acoso escolar.

Para quienes ya éramos adultos LGBTQI+ en 2010 era una dolorosa ironía de cómo pese a los avances en la conquista de nuestros derechos aún habían muchos jóvenes que se sentían solos y desconectados de su comunidad. Quedó claro que pese a que pudieran tener acceso a la información en la palma de sus manos eso no significaba que supieran en dónde buscar.

Nuestra respuesta fue pensada en conectar de forma digital con ellos, que pese a que el acceso al internet no es tan democrático como quisiéramos, sabíamos que al menos ya gracias a las redes sociales no necesitaríamos del permiso de las familias o escuelas para hablar con jóvenes LGBTQI+.

Siempre hemos sabido que, a diferencia de cualquier otro aspecto de nuestras vidas, como nuestra edad, religión o falta de, nuestra tez de piel o estatus socioeconómico, al ser LGBTQI+ por lo general regresamos a un hogar hostil en nuestra contra por ser quienes somos y amar a quien amemos, y que en casa casi nunca nos topamos con personas con quienes nos podamos identificar.

Nuestra respuesta fue y continúa siendo compartir nuestras historias para compartir esperanza a beneficio de juventudes LGBTQI+.

Una de las mentiras más crueles y efectivas de los grupos antiderechos es el que nos pinta como un peligro para las infancias y juventudes, ignorando a propósito que solo nos auto-descubrimos, muy seguido la mayoría de nosotros llega a tener una segunda adolescencia en nuestros 20’s, y que existimos en esas edades. Conocer historias de personas con quienes sientas que tienes algo en común, te hace sentirte conectado, que perteneces.

Casi 10 años han pasado y nos enfrentamos a amenazas que nos afectan a todos por igual, pero que ponen a nuestra comunidad –y en particular a nuestras juventudes– en una situación de vulnerabilidad especial por la discriminación y violencia rampante en nuestra contra por homofobia, lesbofobia, bifobia y transfobia. La pandemia, la crisis climática y la crisis económica que ello desata viene a echarle gasolina a las crisis que ya veníamos arrastrando.

Aquí es en donde nuestro mensaje de esperanza viene a ser más urgente que nunca. Muchas personas que quizá han escuchado de nuestra labor, a lo mejor piensen que estamos para minimizar las urgencias o que estamos en el negocio de las Olimpiadas del Sufrimiento.

Nuestro enfoque es elevar la mayor cantidad de historias de nuestra comunidad como nos sea posible, porque nuestras historias nos reconcilian con nuestro pasado, inspiran a nuevas generaciones y ayudan a cambiar mentes y corazones.

El empoderamiento de nuestras juventudes no siempre viene desde un enfoque positivo; las conversaciones urgentes dentro y fuera de la comunidad LGBTQI+ sobre el racismo viene de las profundas heridas que por siglos se han infectado por su normalización, pero vemos a nuevas generaciones que demandan y necesitan un cambio de paradigma, no un regreso a la normalidad.

La continua labor que las Red Global de Filiales de It Gets Better, presentes en dieciocho países, incluyendo Rusia, México, Guatemala, India, Brasil, Colombia, Paraguay y Chile, viene siendo un elemento necesario a reforzar en nuestro movimiento: elevar voces diversas que difícilmente tienen el foro.