Artículo por: Rafael Fermin, presidente y co-fundador de la Federación Mexicana de Empresarios LGBT+

Hace seis meses creo que nadie podía imaginarse en dónde estaría el mundo hoy. El Covid-19 llegó para cambiarnos la vida por completo: nuestros patrones de consumo, la forma cómo trabajamos, los medios a través de los cuales nos expresamos, nuestra rutina… y la facturación de nuestros negocios o nuestros salarios.

El Covid-19 también vino a exacerbar las diferencias. Las personas más adineradas se han vuelto más ricas y las personas en situación de vulnerabilidad se han vuelto más pobres -y más vulnerables- al mismo tiempo.

Dentro de este grupo vulnerable se encuentran las personas que forman parte de la comunidad LGBTQI+, quienes han perdido su empleo, han tenido que aceptar reducciones en sus salarios y/o han dejado de percibir ingresos en las empresas de su propiedad, al igual que el resto de la población.

La vulnerabilidad de la población LGBTQI+ radica principalmente en el rechazo que sienten algunos grupos con respecto a la visibilización de la diversidad sexual, lo que hace que los negocios y emprendimientos LGBTQI+ tengan dificultad para colocar sus productos y servicios. En otras palabras, las personas LGBTQI+ que están fuera del clóset sólo pueden venderle a las personas que no son lesbofóbicas, homofóbicas, bifóbicas o transfóbicas. Al tener un mercado potencial más reducido, sus ventas son susceptibles de caer mucho más que las de sus pares no-LGBTQI+.

Al sumar esta situación de vulnerabilidad con el tamaño de los negocios en México y su exposición ante cambios en el entorno, entendemos que el problema es aún más grave. Más del 95% de las empresas en México son microempresas, es decir, están compuestas por menos de 10 personas y facturan menos de 4 millones de pesos mexicanos por año (unos 170,000 dólares al tipo de cambio actual).

La realidad de las empresas LGBTQI+ no es diferente: en un estudio realizado por la Federación Mexicana de Empresarios LGBT+ en 2019, encontramos que el 93,7% de las empresas propiedad de personas LGBTQI+ pertenecía al segmento de microempresas, siendo en su mayoría compuestas por tres personas o menos. Este mismo estudio también identificó que estas empresas se dedican principalmente a la prestación de servicios, una actividad económica que se encuentra completamente detenida desde el inicio del distanciamiento social.

Todo esto sumado a una inversión pública relativamente baja en México para contener la emergencia económica durante la pandemia, una estimación en la caída del producto interno bruto de doble dígito y el cierre total de la industria del turismo, entre otras, nos deja una perspectiva difícil para el futuro de corto y mediano plazo de los negocios LGBTQI+.

¿Qué debemos hacer ahora? Ser responsables con nuestra salud y la de los demás. Buscar fuentes de apoyo. Identificar organizaciones públicas y privadas que puedan ayudarnos a obtener fondos o apoyos en especie para pasar el momento más grave de la pandemia. Tener solidaridad con las poblaciones en situación de vulnerabilidad (por ejemplo, las personas trans) e intentar apoyarles con lo que esté a nuestro alcance (trabajo, techo, alimentos). Visibilizar las necesidades de las personas más vulnerables de la comunidad LGBTQI+ ante organismos públicos y privados que puedan brindarles ayuda. En la FMELGBT+ estamos trabajando en la creación de mecanismos de apoyo vía crédito para las personas LGBTQI+ en situación de vulnerabilidad.

¿Qué viene después? El cambio que esperábamos llegó de golpe: el consumidor perdió el miedo a lo digital, el comercio electrónico se vuelve protagonista y la competencia por puestos de trabajo a distancia repentinamente se vuelve global. Nos veremos obligados a mejorar nuestra calidad y ser competitivos en precio, ya que los consumidores serán más exigentes y cuidadosos a la hora de gastar. Debemos identificar nuevas oportunidades y necesidades de un consumidor distinto.

En resumen, viene un mundo diferente, por lo que nosotros, personas de la comunidad LGBTQI+, debemos desarrollar competencias diferentes para que nuestras empresas se mantengan competitivas, y así podamos salir adelante tras un obstáculo más de los que ya hemos tenido que superar históricamente como comunidad.