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Razones para celebrar el orgullo todo el año

Poder celebrar nos devuelve algo que nos han arrebatado después de tanta persecución y abuso. Como personas LGBTIQA+ las celebraciones en torno al Orgullo son algo que históricamente se nos debe, y válida así, estilos de vida y vivencias diversas. Pues, nuestras formas de amar, de expresarnos y de vivir desde nuestra sexualidad y expresión e identidad de género sin vergüenza ni culpa, son también motivo de Orgullo. 

Se trata no sólo de un momento para recordar, sino de celebrar un acto de visibilización en el que evidenciamos -aún más- las persecuciones y condenas de la violencia y discriminación de las que hoy, aún son víctimas las personas LGBTIQA+.

El carácter de celebración del Orgullo puede ser algo político, porque hacemos justo todo lo que se nos decían que no íbamos a poder hacer y disfrutar por ser disidentes e ir contra la hegemonía. 

Foto: Haarón Álvarez

Existir significa resistir 

Se podría decir que la resistencia es el espíritu que hasta la fecha, permea las diversas marchas del Orgullo en todo el mundo. Y es que resistir, más que aguantar, se traduce en la demostración de que aun con todos los contextos que nos han atravesado, existimos y  seguimos aquí. 

Pareciera obvio que podamos vivir como lo hacemos ahora, pero no siempre ha sido así. Es necesario tener conciencia de lo que hemos tenido que pasar como población porque, ha sido difícil ser quienes somos y mostrarnos tal cual somos. 

Recordemos que el inicio de esta celebración conmemora esa visibilidad en medio de un momento tan crucial como lo fue esa primera revuelta del Stonewall, la crisis del sida, la leyes anti LGBT+, que hoy están en más riesgo que nunca. Esta, se convirtió en una herramienta para empezar y seguir luchando por nuestros derechos; lo que ahora llamamos resistencia. 

Foto: Haarón Álvarez

Tenemos derecho a la diferencia

A parte de su cualidad de celebración, el orgullo y las marchas realizadas alrededor de estas actividades tienen una oportunidad de compartir mensajes políticos en consignas y exigencias, y claro que esto es parte de ellas, porque no sólo se trata de ser quienes somos, sino legitimar de manera pública que, en efecto, somos diferentes a lo marcado en las normas social y podemos y tenemos el derecho a existir desde ahí. 

El hecho por el que hemos sido oprimidas es el principal motivo de salir a las calles, porque deja atrás la idea de que como disidencias, hay que mantenernos ocultas y al margen. Esto refuerza la naturaleza festiva de las marchas, que si bien se piensa que no representa a la comunidad LGBT+, hay que tener en cuenta que de eso se trata: de una herramienta de incidencia desde el espacio público, por todo aquello que no se nos permitió hacer durante año abiertamente. Porque ser, también significa ser visto. 

Foto: Haarón Álvarez

Tenemos derecho a un espacio en el mundo

La festividad y las celebraciones son parte de la incidencia obtener un poco de justicia y honrar ese instante histórico sumado a los logros que se han dado y a los que aún faltan.

Desde las marchas y festividades del Orgullo también se politiza para cuestionar la legislación homófoba y transfóbica como un obstáculo para obtener nuestro lugar en el mundo y hacer válido nuestro derecho a existir, libres de violencia y discriminación. Exponemos ante el mundo que la igualdad no es sobre ser iguales, sino más bien a ser tratados de la misma manera y gozar de todos nuestros derechos. Lo que nos recuerda que los derechos nunca deben darse por sentados y que acciones como estas, las marchas y las celebraciones, no sólo empoderan gente, sino que ayudan a cambiar la mentalidad de las personas alrededor del mundo. Recordemos que nuestras experiencias personales no definen las experiencias colectivas. 

“La privación fundamental de los derechos humanos se manifiesta por sobre todo en la privación de un lugar en el mundo, (un espacio político) que torna significativas las opiniones y efectivas las acciones. (…) Tomamos conciencia del derecho a tener derechos (…) y del derecho a pertenecer a algún tipo de comunidad organizada” (Arendt, 1949, citado por Young- Bruehl, 1982, 257).

Foto: Haarón Álvarez

Tenemos una responsabilidad en la construcción de nuestra propia memoria

Hay que recordar que el Orgullo es una respuesta a los esfuerzos por corregir nuestras identidades sexo afectivas y de género; esto provocó las primeras movilización de liberación que después provocaron cambios en la forma de pensar de nuestras sociedades, impulsados por el apoyo de la comunidad científica cuando la homosexualidad fuera despatologizada.

Todo esto, nos da un momento de justicia que nos repara y nos recuerda de dónde venimos, pero también, de quienes somos y dónde estamos, pues a pesar de todo, hay que recordar que las personas LGBTIQA+ somos seres felices que encontramos en la libertad nuestra plenitud. 

 

Kenya CuevasFoto: Haarón Álvarez

 


Texto por Rodrigo Banda y Rodrigo Herrera para The New Gay Times en el marco del Día del Orgullo LGBTQIA+. Fotografía de Haarón Álvarez.

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