LLECA: haciendo y escuchando la calle
Texto por Haarón Álvarez y Rodrigo Herrera, fotografías de Haarón Álvarez
Entre risas y preocupaciones, todos los martes y viernes Victoria Sámano se reúne con su colectiva “LLECA” en casa de Alessa, compañera de esta organización quien es la encargada de ondear la bandera trans para empezar la junta. Manchada de pintura de distintas marchas a las que han asistido, esta bandera ha acompañado sus exigencias al gobierno por políticas públicas y que se les respete sus derechos humanos.
Foto: Haarón Álvarez/The New Gay Times
Sámano, activista trans ha sido de las personas más contestatarias de la comunidad LGBTIQ+ en los últimos años, quien se ha encargo de apoyar y hacer lucha por las poblaciones más vulneradas de la sociedad, como lo son las personas en situación de calle, particularmente las mujeres trans y personas LGBTQI+.
En estas reuniones hablan sobre qué materiales les hacen falta, revisan las convocatorias a organizaciones para aplicar a fondos y apoyos y así continuar con su ayuda a los grupos prioritarios, así como actualizarse alguna situación en específico de las personas beneficiarias.
A través de su colectiva “LLECA”, que significa “calle” al revés, hacen activismo para las personas LGBTIQ+, en especial las personas trans que viven en situación de calle, personas migrantes y trabajadorxs sexuales, así como personas que estén experimentando algún tipo de violencia.
Foto: Haarón Álvarez/The New Gay Times
Vicky, como también la conocen en la comunidad, creció en la colonia Morelos, en el Barrio Bravo de Tepito, una de las colonias más populares de la Ciudad de México, por lo que en su memoria desde siempre tiene recuerdos de ver gente en estados inhumanos en las calles, esto por la falta de ayuda de gobiernos capitalinos.
Durante la pandemia de COVID-19, Sámano de 26 años comenzó a apoyar a este sector en situación de calle proporcionándole víveres y ropa. Fue cuando se encontró y se acercó a un grupo de personas trans que vivía en un parque de la Ciudad de México.
Victoria trató de darles un espacio a las chicas que llegaron a necesitar de refugio en su departamento, pero no pudo continuar porque el espacio era muy reducido y a principios de 2023 tuvo que entregar el espacio.
Ahora después de algunos meses de búsqueda por un lugar nuevo, LLECA encontró un nuevo espacio donde podrán habitar algunas personas y en donde podrán brindar otros servicios necesarios para continuar apoyando a su comunidad.
Foto: Haarón Álvarez/The New Gay Times
Aunque para la familia de Victoria no fue difícil aceptar su transición y su nueva identidad, para ella sí, pues no sabía cómo iban a reaccionar. Se hacía mil preguntas y dudó mucho tiempo.
“Un día mi mamá me buscó para ir a comer, le acepté la invitación, pensé que únicamente seríamos nosotras hasta que llegué al lugar donde me citó, vi que estaba mi hermano y mi papá. Los enfrenté. La respuesta fue distinta a la que yo creía, fue de cariño y aceptación”.
Para Victoria una de las principales razones del porqué las personas de la diversidad ven como opción vivir en situación de calle es la discriminación.
“La principal causa por la cual hay mujeres trans en situación de calle, es principalmente por el rechazo familiar que viven en algunos casos desde la niñez, esto las orilla a que huyan de espacios violentos, en busca de mejores condiciones de vida, como cualquier persona”.
Foto: Haarón Álvarez/The New Gay Times
Aparte de hacer activismo, Sámano también vive del trabajo sexual. Ella busca que se deje de criminalizar este oficio, el cual es considerado uno de los “trabajos más antiguos del mundo”. Sin embargo, sigue siendo un tabú, la mayoría de personas que ejercen este empleo no tienen acceso a una vivienda digna o algún tipo de seguridad social, lo que genera que estén en condiciones de precariedad.
Además, Sámano, ahora de 29 años, gusta por andar en patines en el paseo dominical en Reforma y a veces de salir a bailar con sus amigues. Comenzó a estudiar la licenciatura en comunicación pero tuvo que abandonar, espera en el futuro continuar sus estudios. Ahora quiere ingresar a la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y prepararse como socióloga para acompañar el trabajo que hace como activista.
Foto: Haarón Álvarez/The New Gay Times
Con LLECA se ha dedicado a llevar preservativos a las zonas donde se ejerce el trabajo sexual, así como ropa y comida a personas en situación de calle, ella espera que próximamente pueda ofrecerles más servicios de salud integral a este sector de la sociedad.
Foto: Haarón Álvarez/The New Gay Times
“También las mujeres trans recurren a refugios, que muchas veces carecen de protocolos para esta comunidad, por lo que es importante que haya empatía por parte de la sociedad en general en este tema” – Comentó Samano.
Actualmente, LLECA está conformada por seis personas de la comunidad LGBTIQ+ y personas voluntarias que suelen sumarse a las actividades que tienen en la semana, entre las que también se encuentran ayudar a personas migrantes a regular su estado de residencia, entre otras.
Foto: Haarón Álvarez/The New Gay Times
Cada integrante de LLECA tiene un rol que ejerce: Malena y Sergio están a cargo de brindar la ayuda psicológica para la salud mental y emocional de las personas que se encuentran en el refugio; posteriormente se unió Simona, quién está encargada de ayudar a la reducción de riesgos y daños para el consumo de sustancias nocivas; después llegó Alessa, cuya labor es de prevenir y ayudar en temas de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) y la última en unirse fue Diana, quién es una mujer heterosexual y es trabajadora social, por lo que imparte pláticas de autoestima, seguridad, romanticismo y más temas que han sobrevivido las personas de situación en calle.
Foto: Haarón Álvarez/The New Gay Times
Más tarde Adolfo y Carlos, quiénes son usuarios y voluntarios, se apuntaron a tareas con LLECA, por lo que apoyarán de manera permanente, apoyando también en la labor de concientizar a la sociedad sobre la situación por las que pasan las personas que viven en situación de calle y pertenecen a la comunidad LGBTI+, específicamente población trans.
Foto: Haarón Álvarez/The New Gay Times
Después de un tiempo de buscar ser constituida como una organización para tener más oportunidades por parte de la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social (Sibiso), LLECA logró el registro ante esta dependencia gubernamental, con esto permitirá tener un censo oficial y construir una base para crear proyectos para la población LGBTI+.
Foto: Haarón Álvarez/The New Gay Times
Victoria ha estado en polémicas en redes sociales debido a que no se ha quedado callada y ha señalado que los discursos de odio propagados por funcionarios de gobierno, legisladores y líderes de opinón. Estos discursos de odio son parte de la violencia estructural y sistemática que mantiene a las personas trans excluidas de nuestra sociedad, en la precariedad y rodeadas de violencia y exclusión.
Cada 17 de mayo a nivel Internacional se conmemora la lucha contra la violencia hacia las personas de la comunidad LGBTI+, donde la necesidad de condenar la transfobia se ha ido incrementando. Debido a las particularidades y dinámicas de las distintas formas de violencia que van más allá de la homofobia, se ha recurrido a nombrarlas como LGBTFobia. La homosexualidad era considerada como una enfermedad psiquiátrica “curable” que requería tratamiento, y se incluía en diferentes manuales médicos y en el listado de enfermedades de la Organización Mundial de la Salud, hasta el 17 de mayo de 1990 que la Asamblea General la excluyó de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y otros Problemas de Salud. A pesar de que han pasado 33 años, aún abundan los discursos patologizantes hacia las personas trans y LGBTQI+ simplemente por ser quienes son.
En el último año, las agresiones en establecimientos públicos y en la calle hacia personas de la diversidad sexual han ido incrementando, viralizandose también gracias a las denuncias a través de las redes sociales, que muchas ocasiones no proceden legalmente por la falta de leyes que garanticen la igualdad y no discriminación y servidores públicos sensibilizados con la población trans y LGBTQI+.
Según datos de Letra S en México se registraron en el año 2021 al menos 78 muertes violentas de personas LGBT+ en el país, por motivos presuntamente relacionados con su orientación sexual o identidad/expresión de género.
Foto: Haarón Álvarez/The New Gay Times
De los 32 estados del país, en al menos 19 se registraron víctimas de muertes violentas LGBT+, siendo Veracruz, el cual encabeza la lista por cuarto año consecutivo con la cifra más elevada: 10 casos, seguida por Guanajuato con 9, EDOMEX con 7 y Chihuahua con 6 víctimas. En los primeros 5 meses de este año han sido asesinadas 19 personas LGBTIQ+, más de las mitad mujeres trans.
Por parte de ninguna dependencia gubernamental hay un registro, ni estadísticas, de esta violencia hacia personas de la disidencia sexual, por lo que desde ahí que el Estado ha ignorado a este sector de la sociedad.
Foto: Haarón Álvarez/The New Gay Times
Es dificil hablar de crímenes de odio cuando “no existen” en el marco jurídico, la figura no está contemplada en los códigos penales, son 20 los Estados que no los han tipificado los crímenes de odio a pesar de la constante violencia y agresiones hacia las personas trans y LGBTQI+.
Pero no es una ley la que se interponen entre la justicia y quienes cometen estos crímenes, es todo el estigma de nuestra sociedad que justifica la violencia en primer lugar. Proteger a las personas trans y LGBTQI+ de esta violencia va a requerir transformar todo este estigma en oportunidades, y haciendo y escuchando la calle es un lugar perfecto para comenzar.
Foto: Haarón Álvarez/The New Gay Times
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