Madrugada
Arrebujado en un mar
de sábanas en llamas
me abandonas
de madrugada.
Desterrado de ti, duermo
en la condena
del olor de tu cuerpo sin tu cuerpo
mientras amanece febril
un nuevo día
manchado de indiferencia.
Desorientado y carnal,
en la maraña de aliento y desamparo
en que me dejas,
me masturbo sobre tu fantasma.
Ni me desvivo por ti ni por nadie,
ni me arranco la piel a tiras por tu amor,
ni pienso en mariposas,
ni lloro por las noches.
Pero cada madrugada que te marchas
con tu prisa cruel
el hueco de tu abrazo es un abismo
al que me asomo,
la cuenca de mi boca, un lodazal
y se me llena de jueves la memoria.
Te marcas
puesto que en tu derechos estás
pero ojalá esa fuerza
con la que cierras la puerta
fuese mía y con ella
pudiese soportar tu ausencia.
Texto por Ivan F Mula Instagram | Twitter
Fotografía por Steve Skafte
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