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Mausoleo Tiresias: lo que nos une no es la muerte, es la memoria

Texto por Rodrigo Herrera y fotografía por Haarón Álvarez

El pasado lunes 22 de mayo en el panteón civil de San Lorenzo Tezonco de la alcaldía Iztapalapa se colocó la primera piedra del Mausoleo Tiresias en honor a la memoria y vida de las trans asesinadas en el país.

La lucha que comenzó Kenya Cuevas, defensora de derechos humanos y fundadora de Casa de Muñecas Tiresias la ha llevado por un largo camino en la búsqueda de justicia por el asesinato su compañera Paola Buenrostro, cuyo caso es el primer transfeminicidio reconocido en el país. Desde 2016, Cuevas se ha dedicado a darle un trato digno a los cuerpos de las mujeres trans y honrar su memoria y dignidad. Este recinto contará con 146 espacios y uno de sus objetivos también es evitar que ninguna mujer trans asesinada vaya a una fosa común, según afirmó Cuevas.

 

Foto: The New Gay Times/Haarón Álvarez

“Para nosotras es muy importante reconocer y dignificar la vida de las mujeres trans, y más si han muerto asesinadas en este país en donde no se reconocen nuestros derechos humanos, ni siquiera los básicos como la salud, la vivienda, el trabajo, la educación, la identidad”.

Foto: The New Gay Times/Haarón Álvarez

El incremento de la violencia contra las personas LGBTQI+, particularmente contra las mujeres trans pone de relieve el incremento y tolerancia de discursos de odio y retórica anti derechos que se ha destapado en redes sociales y medios de comunicación, sumado a un ambiente político polarizado y de cara a elecciones próximas. En lo que va del 2023, 19 personas LGBTQI+ han sido asesinadas, más de la mitad mujeres trans, cuyas muertes se suman a por lo menos 453 asesinatos motivados por el odio hacia la comunidad LGBTQI+ de los últimos 5 años, según Letra S.

Foto: The New Gay Times/Haarón Álvarez

“Lo que nos une no es la muerte, es la memoria”.

Paola Buenrostro. Compañera, amiga, mujer trabajadora, valiente e imparable. Su voz fue silenciada el 30 de septiembre de 2016 por un hombre que fue dejado en libertad a pesar de los testimonios de sus compañeras. Desde ese día una lucha imparable por la justicia y la memoria comenzó.

Paola y todas las mujeres víctimas de violencia no son cifras, tienen nombre e historias, cada una de ellas merece un lugar digno para descansar y ser recordadas. Honramos sus vidas, hablamos de quiénes eran y así las sentimos con nosotras; sus almas nos acompañan, vuelan cual mariposas en el cielo, están en cada grito de lucha, ríen, aman y lloran con nosotros, nos dan la fuerza que necesitamos para seguir resistiendo.

Esta mausoleo es por ellas, por nuestras amigas, hermanas y compañeras, un recordatorio de que el amor y la lucha trascienden las barreras de la vida y la muerte.

*Actualización. Los 453 asesinatos motivados por el odio hacia la comunidad LGBTQI+ comprenden los últimos 5 años, según Letra S.

 

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