El Dr. Jerry Rabinowitz estaba entre las 11 personas que fueron asesinadas cuando el presunto agresor, Robert Bowers abrió fuego en la sinagoga Tree of Life en Pittsburg, el pasado sábado; uno de los ataque antisemita más atroces en la historia en Estados Unidos. 

Según testigos, Rabinowitz recibió un disparo cuando se apresuró a ayudar a otros en medio del atentado. 

Uno de sus pacientes, Michael Kerr le dedicó las siguientes palabras recordando su aportación a la comunidad y a su trabajo con personas con VIH:

Mi médico Jerry Rabinowitz estaba entre los muertos en el tiroteo de la Sinagoga de Pittsburgh. Me cuidó hasta que me fui de Pittsburgh a Nueva York en 2004.

En los viejos tiempos para los pacientes con VIH en Pittsburgh, él era el indicado para visitar. Básicamente, antes de que existiera un tratamiento efectivo para combatir el VIH en sí, era conocido en la comunidad por mantenernos vivos por más tiempo. A menudo sostenía nuestras manos (sin guantes de goma) y siempre nos abrazaba cuando salíamos de su oficina.

Hicimos un trato sobre mis células T porque no quería saber los números en cada visita, porque sabía que me preocuparía con cada pequeña fluctuación, y también sabía que el AZT no estaba funcionando para mis amigos. El acuerdo fue que me avisaría en el momento en el que los números de las células T significaban que necesitaba comenzar con los medicamentos. Los números eran su trabajo y mi trabajo era terminar mi tesis de maestría y conseguir un trabajo con un seguro de gastos médicos y tratar de no volverme loco.

Tuve suerte más allá de las palabras, porque cuando me dijo suavemente en noviembre de 1995 que era hora de comenzar a tomar medicamentos, hubo un ensayo ACTG para dos medicamentos contra el VIH que me salvó la vida. Uno de los cuales todavía tomo hoy.

Gracias ACT UP por hacer que estos medicamentos se conviertan en un protocolo de investigación expedito seguro pero efectivo. Me salvaron la vida.

Y gracias, Dr. Rabinowitiz, por haber estado siempre allí durante el tiempo más aterrador de mi vida. Te recordaré por siempre. Eres uno de mis héroes como los primeros guerreros de ACT UP, algunos de los cuales ahora llamo amigos.