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A 41 años de la pandemia del VIH/sida

El ambiente es hostil, reina la incomodidad y las palabras punzantes. ¡Vete de aquí! ¿Yo? ¿Por qué? ¿A dónde?

“Nunca olvides” significa recordar siempre quién eras y, como hombre gay, has permitido que hombres como yo se conviertan.”

Salir del armario rara vez es un proceso fácil, y ciertamente existen desafíos para algunas personas LGBTQI+ que viven en áreas rurales. Necesitamos continuar buscando formas de llegar e involucrar a estas comunidades en su conjunto, para mostrar que hay personas LGBTQI+ en todas partes.

Recuerdo todavía cómo me latía el corazón y se me enfriaban las palmas de las manos, mientras me adentraba en ese pequeño antro en el número 228 de la Avenida de los Insurgentes

Me preocupa que la gente olvide que las cosas eran diferentes, que vayamos convenciéndonos que todo siempre ha estado mal y que no podemos hacer nada al respecto.

Hace unos meses cumplí treinta años; soy homosexual, tengo un perro, tres gatos, estoy soltero, y no sé qué va a pasar conmigo cuando llegué a viejo (si llego).

Las llamas del infierno se encienden en el Barba Azul Bar. Los devotos feligreses ya están formados con ansías de entrar y arder entre las paredes azules.

Era 1987 y apenas tenía dos años que el gobierno reconoció que existía el VIH en México, así que los tratamientos estaban en pañales.

El árido mundo del futbol se mantiene en la burbuja de machismo, homofobia y racismo

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