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Porque la transición es EL gran paso para las mujeres y los hombres que buscan un gran salto en su humanidad.

“¿Aceptas los términos y condiciones?”

Texto por Juan Pablo Arredondo Reyes Retana

 

Con solo un touch la barbilla de rastrojo evolucionó en quijada radiante de lampiña, las clavículas ensancharon su corola en mi peto desnudo, el manzanero de Adán prometió malas cosechas en mi cuello, la cabellera iluminó mi nuca con sus blondas celestes, la voz rugió de aguda al trinar auroras en mi garganta, el fruto de vida mamó de Vía Láctea los senos… y me convertí en mujer.

De pelo brillante, sonrisa meteórica, caderas elípticas, astronómica valentía: tan vasta en la bóveda de mi temple, tan fuerte en mi venusina figura, tan sideral en mi terca dimensión, tan rauda en mis universos personales. Eso no cambió.

Pero lo que no dicen los términos y condiciones es que ganaré $1,947 pesos menos en el mismo puesto de trabajo que un hombre; que tendré hasta 741.90% más probabilidades de ser abusada sexualmente que un varón; que 6 de cada 10 personas me juzgarán por no convertirme en madre todavía; y que tengo casi el triple de posibilidades de que el novio me mate.

¿Te parece una locura? Pues la reasignación de sexo lleva implícita magros luceros en el contrato:

  • 71.9% sofocará mis destellos a la sombra del estigma
  • Cuatro de cada 10 me cerrará la puerta a la luz de su casa
  • Habré dado 35 vueltas al sol para cuando el tabú me asesine
  • Solo 35 entre cientos pagarán mi trabajo en formalidad de condiciones
  • 90% me ofrecerá candela y horizonte solo como su trabajadora sexual

Y si las estrellas que convergen en mis manos fueran las de una piel incandescente de morena, y si un lazo rojo orbitase en la perchera de mi traje, y si mi amor constelare como Safo de Lesbos en el templo, la gente duplicará su odio entre mis astros.

Hay quienes serán susceptibles a esta vida paralela cuando remuevan la opción de “deshacer” en el menú, cuando entiendan que los genitales no deberían marcar el destino planetario, cuando acepten más trayectorias de identidad que “ser Luna” o “ser Sol”, y cuando descubran que la empatía también puede alcanzarse con algo más que un filtro.

Porque la transición es EL gran paso para las mujeres y los hombres que buscan un gran salto en su humanidad.

Fuentes

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