Texto por Rodrigo Herrera e ilustración Oscar Pinto 

La Ciencia Ficción nos abre la mente a nuevos horizontes y a la introspección a través de historias, personajes, circunstancias con una sobredosis de humor, suspenso y aventura, sin embargo el género puede resultar difícil en una primera aproximación. 

¿Cómo saber si vale la pena leer 400 páginas de un género que desconoces? La respuesta está en los cuentos de ciencia ficción cortos. Estas historias son breves y tan legendarias que algunas han inspirado obras tanto en la literatura como en el cine y se pueden terminar en una sentada. Algunos de estos cuentos de ciencia ficción cortos los recomiendan en la secundaria. 

Ilustración: Frederik Peeters

1. El picnic de un millón de años – Ray Bradbury (1949)

Las crónicas marcianas de Ray Bradbury es un compendio clásico de relatos de ciencia ficción. Aunque la mayor parte de la atención se la lleva “Marte es el cielo, “El picnic del millón de años” es la culminación perfecta del compilado con un final tan conmovedor como soberbio. 

Ilustración: Boris

2. Arena (EN) – Frederick Brown (1944)

Publicado por primera vez en la edición de junio de 1944 de la revista Astounding, esta historia ha sido fundamental para darle forma y amor a los gustos por la ciencia ficción de muchos lectores. Arena. La trama original del cuento hombre contra alienígena que fue el prototipo de muchas películas y episodios de televisión de continuación en los años cincuenta y sesenta, incluyendo Star Trek.

Ilustración: Alexander Wells

3. Yo, Robot. De Isaac Asimov (1950)

La investigación acerca de la trayectoria de la robopsicóloga Susan Calvin da pie a los nueve relatos que conforman este libro, siendo el primero que formula las tres leyes fundamentales de la robótica abriendo espacio para la reflexión acerca de la ética y de la psicología.

Robbie – Se dice que esta es la primera historia de robots que la leyenda escribió y trata sobre un robot que se hace amigo de una niña. Este texto proyectaba el creciente miedo -considerado por Asimov como irracional- de la comunidad de ciencia ficción hacia los robots en ese entonces.

Ilustración: ALEX G GRIFFITHS 

4. Flores para Algernon (EN) – Daniel Keyes (1949)

El autor, Daniel Keyes (quien murió a los 86 años en 2014) escribió la historia de Charlie Gordon, un hombre viviendo con una discapacidad mental y quien se encuentra en un tratamiento para incrementar su inteligencia. La historia es contada a través de una serie de informes de progreso escritos por Charlie, el primer sujeto de prueba humano para la cirugía. Por su parte, Algernon es un ratón de laboratorio que se ha sometido a esta cirugía y con quien compite en las pruebas de inteligencia.

5. Los pueblos silenciosos – Ray Bradbury (1949)

En diciembre de 2005, Marte había sido evacuado casi por completo. El último hombre en el planeta que se ha perdido del último cohete de regreso a la tierra ha disfrutado de la ciudad vacía, pero ahora se siente solo. Hasta que escucha el timbre de un teléfono. Es la última mujer en Marte. Última mujer, último hombre: obviamente, deberían estar destinados a estar juntos, ¿cierto? Todo lo contrario. 

6. Nueve vidas – Ursula K. Le Guin (1969)

Esta historia fue nominada al premio Nébula de 1970 y al igual que la serie de relatos que dieron origen al famoso libro de Ray Bradbury, Farenheit 451, fue publicada por la revista Playboy. Un grupo de 10 clones es enviado para ayudar a extraer un yacimiento encontrado por 2 hombres en un planeta lejano.  La interacción entre los clones y los humanos plantea un dilema filosófico alrededor de si la clonación es eugenésica, ya que sólo clonan a las personas más brillantes. Después de que un terremoto provoque una catástrofe en la mina, el individualismo y el colectivismo serán llevados al límite en la búsqueda de la supervivencia. Le Guin no usó su primer nombre cuando se publicó esta historia, sino firmó como U.K. Le Guin.

7. La pequeña guerra– Mauricio José Schwarz (1984)

Espera, ¿ciencia ficción mexicana? Así es, este cuento ha formado parte de varias antologías durante más de 30 años. Schwarz es uno de los pioneros de la ciencia ficción mexicana moderna y su cuento La pequeña guerra inaugura una nueva era para la ciencia ficción latinoamericana con una historia del futuro. Sin fechas específicas, a manera de circo romano, los gladiadores no son guerreros o esclavos, sino víctimas de un futuro no del todo imposible, donde la sobrepoblación ha obligado que a la escasa edad de 10 años, se tenga que ganar el derecho a vivir con sangre. En vivo y en televisión, madres, padres, hermanos, y familiares presencian un espectáculo tan sangriento y trágico como inevitable. El universo de Los juegos del hambre (2008) se queda corto.

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