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Carta a una madre

Aún recuerdo con gran ilusión las veces en que con mis propias manos te hice tu regalo del día de las madres en la escuela. No es por presumir, pero siempre me quedaban muy bien. En parte, porque me gustaba competir, pero en realidad era para poderte dar lo mejor, lo que estuviera a mi alcance.

La cicatriz que tienes en la rodilla te la hiciste una vez que fuiste a buscarme a la escuela. No sé si ya era muy tarde o porque estaba lloviendo, pero recuerdo aún tu herida y lo sorprendido que estaba por que no lloraras. Habré tenido unos 6 años, pero desde entonces, cada vez que la veo me recuerda una pequeña y minúscula parte de todo lo que abnegadamente nos has entrado a nosotros tus hijos.

Aunque estés a más de mil kilómetros de mí, te siento conmigo. Te llevo conmigo todos los días, desde que me despierto, hasta que me voy a dormir. Te veo cada vez que me veo en el espejo, hasta el cabello que he dejado crecer.

Te pronuncio cada vez que de mi boca salen palabras de amor, de comprensión y de resiliencia, porque de ti las aprendí. Te llevo conmigo en cada una de mis victorias y logros, y también de mis fracasos para reconfortarme.

No puedo terminar de calcular el impacto que has tenido en mi vida y en la vida de quienes me rodean. Ya van a ser 34 años los que llevo de conocerte, sin embargo aún hay todo un universo completo dentro de ti que va más allá de ser madre, esposa o hija, y me sorprenden todas las cosas que continúo aprendiendo de ti todos los días.

Sin ti, mi mundo no sería aquella red de seguridad que tan cuidadosamente tejiste para que me recibiera al caer. Nunca te lo he dicho, pero el mejor consejo que me has dado, lo llevo tan cerca de mí, que el mundo tan salvaje como es para las personas que se atreven a ser quienes son, me lo recuerda diariamente: “nunca te dejes hacer menos ni pisotear por nadie”.

Desde entonces, he encontrado en esas palabras un extra de valor no solo para defenderme a mí mismo, también para levantar la voz cuando algo no está bien.

Eres el ejemplo más grande que tengo de amor desinteresado, noble y puro, y espero algún día poder irradiarlo como tu has hecho conmigo.

Felicidades mamá.

 

Rodrigo

Mayo 2022

 

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