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Historias, cuentos y relatos LGBTQI+ sobre ciudades

Durante el Mes del Orgullo LGBTQI+ México Lector y The New Gay Times lanzamos una convocatoria de microcuentos para conocer sobre las distintas realidades que viven las personas LGBTQI+, partiendo desde cómo los lugares nos han dado forma e identidad, qué tanto han cambiado las ciudades y cómo son aquellos espacios que llamamos hogar a través de relatos de todas partes de México.

Las historias le dan sentido a nuestras vidas, nos dicen de dónde venimos y hacia dónde vamos, nos conectan para reconocernos y ser reconocidos, pero por cada historia que leemos y nos conmueve, hay miles que nunca llegan a ser escritas. Como escritores y lectores, tenemos que empezar a trabajar para mostrar esta diversidad de historias y realidades de personas, solo así dejaremos de alimentar estereotipos generalmente limitantes, inexactos y discriminatorios que refuerzan las desigualdades.

Este es un espacio para textos seleccionados, que actualizaremos semanalmente como un repositorio vivo de historias.

Microcuentos

Nunca pensé en el nombre como una representación de mi persona, ya que ni yo misma me identificaba con mi propio nombre.

Todo indicaba que sería como cualquier otro domingo para Lucía. Se había despertado puntualmente a las siete, a pesar de haberse dejado atrapar por su cama para intentar dormir más.

A.J. solía tener estos sueños idiotas cada que veía una nueva película, revivir los escenarios sin formar parte de la acción. Nunca había sido un joven que quisiera formar parte de la acción, pero lo que sabía es que siempre había querido vivir una aventura de película.

Ella vive en el desierto, la ciudad del sol es su casa. Aquí, el calor quema mucho, tanto como quema una mente cerrada o vivir dentro del closet. 

Nunca pensé en el nombre como una representación de mi persona, ya que ni yo misma me identificaba con mi propio nombre.

Aún con cubrebocas reconocí que él era guapo. Cortaba un mango sentado sobre una pila de huacales. Estaba detrás de mí, sin embargo, a miradas furtivas fui componiendo sus facciones.

Todo indicaba que sería como cualquier otro domingo para Lucía. Se había despertado puntualmente a las siete, a pesar de haberse dejado atrapar por su cama para intentar dormir más.

A.J. solía tener estos sueños idiotas cada que veía una nueva película, revivir los escenarios sin formar parte de la acción. Nunca había sido un joven que quisiera formar parte

A veces no es necesaria una limpia. A veces solo necesitamos un abrazo para volver a ver los colores del mercado.

A veces, Jims y yo mentíamos sobre ir al cine para venir a las tardeadas y claro, veíamos a adolescentes como nosotros refugiándose en este cachito de mundo. También ese

Micro relatos

Más historias sobre ciudades

Hoy me levanté descansada como hacía meses, quizás años, que no ocurría. Hoy me levanté sin alarmas; sin esos reiterados fracasos a los que les acompañan nueve minutos de mal dormir seguidos de un zumbido.

Dicen que los gays llegamos tarde a muchas cosas. Nos tardamos, por ejemplo, en descubrir la glorificada y decadente cultura del antro.

11 años atrás salí de la ciudad que me transformó en alguien que no era yo mismo; un hombre roto en pedazos, temeroso de la vida, de las personas, del amor y hasta de mí propio yo.

Comenzó como un recuerdo alegre, íbamos por la calle. Algo que paso hace como 15 años o tal vez más. Te caíste y cómo nos reímos. Después la nostalgia llegó.

Era 1987 y apenas tenía dos años que el gobierno reconoció que existía el VIH en México, así que los tratamientos estaban en pañales.

Metro de la Ciudad de México es un gigantesco vaivén de sonidos y explosiones visuales; cuna de situaciones inesperadas.

Ella me enseñó tantas palabras raras del idioma "chilango" que aún las oigo y me causan gracia.

Mis papás (ya casados) se mudaron de la vecindad por un apartamento más moderno en la Colonia Álamos a mediados de la década de los 70s. Allá nacería yo, y un par de años después, mi hermano.

¡Ah, qué bonito es caminar por la CDMX! Siempre y cuando no sea en alguna colonia con alto índice delictivo, en un horario familiar y de preferencia sin el efecto de alguna bebida divertida y/o estupefaciente.

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