El internet se convirtió en su única conexión con el mundo. Pasar tanto tiempo frente a la pantalla la hizo ser más consciente de las relaciones virtuales que mantenía desde hace tiempo.

Un éxtasis ya familiar para mi cuerpo me invade nuevamente. Óscar me guía a su casa desde lejos. Voy unos diez metros detrás de él, caminando desde la otra acera. Pronto llegará a la puerta, entrará y la dejará medio abierta para mí.

¿Sabes que me fascina el mundo de los amantes? Me fascina porque no lo entiendo, porque es un misterio que genera un espacio y un tiempo en los que cada uno de los que ahí habita.

Era el prostituto más tierno de la ciudad, tenía tatuadas algunas frases en latín en los pliegos de su piel que te arrastraban como oleaje si las mirabas lo suficiente, pero fue al mirar su boca cuando entendí su tristeza.

Hay momentos en la vida en los que toca desarmarse para limpiar las piezas y armarse mejor.

Un hombre relativamente joven y de poblada barba castaña advierte en su perfil de Grindr que no lo contacten hombres maduros, porque no hace actos de caridad.

Algo que noté cuando llegué a Paris fue el cambio en el ambiente gay. Hay una gran diferencia entre los gays de la Ciudad de México y los de París.

Cuando nos exploramos los cuerpos sin tocarnos. 

Mateo siempre se supo diferente al resto, como si algo en él no estuviera bien.

Hace un par de días recibí varios mensajes por Messenger de un amigo al que no veo desde hace doce o trece años. Gracias al Face nos reencontramos y hemos mantenido cierto contacto de manera puntual.